Mi Socix es mi mejor amigx, o mi hermanx ¿Necesito Contratos?

Si ya nos venís leyendo, te adelantamos la repuesta: Sí!

La confianza con tus socixs es algo maravilloso. Potencia por todos lados. Seguramente tu negocio es próspero y da gusto estar en ese ambiente de trabajo. Están cómodos, trabajan con ganas y compromiso y todo el equipo lo nota y lo valora. Eso es genial!

Entonces, si todo marcha bien y tenemos confianza: para qué complicarnos con contratos?

Por lo general pensamos que los contratos son largos y difíciles, y que se basan en la desconfianza entre los socixs: todo lo contrario!

Tener confianza es la situación ideal para plantear la firma de un contrato. Un buen contrato no es largo ni tiene que ser complicado, ni difícil. Los buenos contratos son simples, claros y pueden leerse y entenderse fácilmente. 

Tener acuerdos escritos como política de trabajo (con tus socixs, tus proveedores, tus clientes) te puede simplificar mucho situaciones futuras, pactando soluciones concretas a casos puntuales. 

No esperes a tener un problema para ver cómo lo solucionás, anticípate y hacé prevención. La confianza con tus socixs te va a servir para charlar con mucha honestidad situaciones que hoy no se dan, pero en un futuro pueden aparecer:

  • ¿Qué hacemos si queremos incorporar nuevxs socixs?

  • ¿Cómo vamos a tomar las decisiones? 

  • ¿Qué pasa si me quiero ir a vivir a otro país? 

  • ¿Cómo hacemos si me quiero retirar del negocio? 

  • ¿Qué pasa si ya no quiero trabajar en este proyecto y quiero dedicarme a otra cosa?

Seguramente estas y tantas otras preguntas ronden en tu cabeza en algún momento de tu vida o la de tus socixs. Hablarlo está bueno, deja a todos tranquilos y permite pactar una solución en la que todos estuvieron de acuerdo.

Si sucede alguna de esas situaciones, ya tienen el proceso armado y sólo hay que implementarlo. Te ahorrás sentarte a discutir y negociar una situación que, en distintos momentos de la vida, se puede ver de forma diferente. 

Y si en algún momento necesitás renegociar, se sientan y lo hacen, total, ya saben cómo funciona. Es un gran ejercicio para que esas charlas sinceras terminen en un procedimiento que todos puedan respetar. 

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