¿Qué es una S.A. y qué es una S.R.L.?
Seguramente llegaste hasta acá habiendo leído mil definiciones en Google, consultaste con algún amigo que ya tiene sociedad y hasta algunas notas en el diario, pero no te quedó claro.
No sólo necesitás saber qué son, sino cuál elegir para tu negocio.
Cuando tenés que tomar la decisión de cómo organizarte, esto tiene que estar claro.
Empecemos por el principio: S.A. significa “sociedad anónima” y S.R.L. significa “sociedad de responsabilidad limitada”. Las dos son formas legales para darle estructura formal a tu negocio.
Elegir desarrollar tu negocio a través de una sociedad (sea S.A. o S.R.L.) te da algunas ventajas que otras figuras (como la figura del monotributo o el responsable inscripto) no te dan.
Con una sociedad vas a poder desarrollar tu negocio legalmente, proteger tus bienes y finanzas personales que no se mezclan con los de la sociedad y limitar tu responsabilidad personal por el resultado de ese negocio. Esto es así tanto en una S.A. como en una S.R.L.: ambas protegen tu patrimonio, ambas limitan los riesgos que asumís por el resultado del negocio y ambas son formas legales que se pueden adaptar a casi cualquier negocio.
Ser monotributista o responsable inscripto, si bien son figuras legales, no protegen tu patrimonio ni limitan el riesgo de tu responsabilidad personal. Es decir, tus bienes y finanzas están expuestos a los riesgos y reclamos del negocio.
Entonces, ¿cuál es la diferencia entre S.A. y S.R.L.? En Legalosophy analizamos las diferencias prácticas, es decir, cómo impacta una u otra sociedad en tu negocio.
Una gran diferencia práctica tiene que ver con los costos de organizar y mantener la sociedad: la S.R.L. tiene un costo de constitución y de mantenimiento anual más reducido que la S.A., porque exige menos trámites y con menor regularidad. Pero este punto por sí solo no es suficiente para elegir una u otra opción, porque hay que tener en cuenta cuán fácil o difícil es la gestión del día a día con esa sociedad.
La segunda gran diferencia práctica tiene que ver con esta gestión del día a día, porque en la S.R.L. la venta de las participaciones y la incorporación de nuevos socios al negocio requiere de un trámite y una inscripción, y eso implica costos y lleva tiempo.
Si tu negocio, no ahora, pero en el futuro, necesitara incorporar más socios, o estuviera pensado para escalarlo y venderlo, o lo estás organizando para salir a buscar inversiones continuamente, en cada incorporación en la S.R.L. habría que hacer un trámite e inscribirlo y esperar los tiempos del registro, mientras que en la S.A. el cambio se puede hacer inmediatamente y sin necesidad de hacer un trámite.
Como verás, la decisión de elegir una u otra sociedad no depende sólo de los costos, sino de tu proyección a futuro con el negocio, de cuánto lo pensás hacer crecer, de cómo vas a organizar las inversiones e incluso, de tu proyecto de vida como socio.
Analizar esta situación de cara a cómo proyectás tu negocio en el futuro te permite anticiparte y hacer prevención, porque no estaría nada bueno que se te caiga una inversión porque se demora la inscripción, o porque el inversor no puede esperar todos los tiempos del registro.
No existe un manual en donde podamos decir que en tal rubro conviene una u otra, o si el negocio es grande o pequeño es mejor tal o cual. Todo depende de tu negocio y sus necesidades, que son diferentes en cada proyecto.
Conocer cómo impactan estas cuestiones en tu negocio te va a permitir elegir lo que necesitás, organizarte y adaptar la estructura a tu negocio, y no al revés.